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21 de febrero - Día del Médico Ecuatoriano

El día del médico internacionalmente es celebrado en diversas fechas, para Ecuador se escogió al 21 de febrero en homenaje al natalicio de Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, quien consta en los anales de la historia ecuatoriana como el primer médico del país, además de permanecer en la retina histórica de la nación como destacado patriota, periodista, y jurisconsulto.

El antecedente de este día destinado a resaltar la labor de los facultativos en el campo de la salud es el nacimiento del ilustre ecuatoriano Eugenio Espejo, hecho ocurrido el 21de febrero de 1747, en Quito. Luego de muchos años de estudio, investigación y práctica en el Hospital de la Misericordia, en el que también laboraba su padre, Luis de la Cruz y Espejo, obtuvo el título de doctor en Medicina.

Pero Espejo fue más allá e incursionó en el campo del Derecho, con estudios en la Universidad de Santo Tomás, la cual le confirió la licenciatura. Parte de su vida y actividades estuvieron dedicadas al periodismo y a promover la independencia del poder español.

Los aportes dados por Espejo, en los distintos ámbitos contribuyeron al pensamiento social ecuatoriano; en el escenario de la medicina expuso sus conocimientos para prevenir la viruela y elaboró una reflexión histórica de las enfermedades contagiosas, realizó un cuadro exacto de las costumbres y condiciones sanitarias de Quito, dando una respuesta objetiva y científica a la causa de la enfermedad. Sin conocer los experimentos de Pasteur, halló la noción de la fermentación de las sustancias y las causas de los contagios. Eugenio Espejo, murió en la cárcel el 26 de diciembre de 1795 a los 48 años de edad y acusado de conspiración.
Este 21 de febrero, recordemos al patriota ecuatoriano cuya entrega a la clase desposeída, que sufre dolor y enfermedades, es el referente del médico ecuatoriano. En quienes ejercen la medicina en sus diferentes y complicadas especializaciones, los médicos en general, hay que reconocer que cumplen tareas de gran responsabilidad frente al desafío de salvar vidas, curar enfermedades y aliviar dolencias.

"La salud del pueblo es la suprema ley", ésta es la que defiende y cumple el médico ecuatoriano. Si hay salud también existe prosperidad paralelamente, nuestros pueblos mucho dependen de la salud y la educación para gozar de bienestar, porque constituyen el pilar de la sociedad más dinámica, trabajadora que consiga el adelanto y progreso para la comunidad.


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